Conclusiones de un jueves cualquiera
Ya estoy en casa, de vuelta de la fiesta del jueves noche, y sólo hay un par de cosas a destacar:
Por un lado, creo que es la primera vez que en una reunión de un jueves cualquiera, sin ser ninguna fiesta especial, se juntan los tres integrantes del equipo de archivo en el Matadero. Enhorabuena a los premiados (y hay un vídeo que lo certifica, para aquellos ingenuos que no se lo crean; Adrián, a ver si lo cuelgas)
Por otro lado, guardo de recuerdo de la vuelta a casa la boquilla con la que los alegres chicos de verde quisieron comprobar la calidad de las cremas de orujo que me había tomado: afortunadamente, la crema debía de tener una gran proporción de agua, o leche, o zumo de Petit Suisse, porque educadamente me desearon buen viaje y me invitaron a continuar el trayecto. Para que luego digan que su único afán es recaudatorio, cuando a mí me demostraron con exquisita urbanidad que están en contra del garrafón. Gracias les sean dadas.